viernes, 25 de noviembre de 2011

Lo que nos deja la ley 30...



"No hay mal que por bien no venga"
Anónimo


El lunes 12 de abril la Ministra de Educación, Cecilia María Vélez White, radicó en la Secretaría General del Senado de la República el proyecto de reforma a la Ley 30 de 1992, principal normativa de la educación superior.


Este proyecto encontró sus mayores opositores en sus principales 'beneficiados': los estudiantes universitarios que, precisamente gracias a la Academia, realizaron un análisis más profundo y analítico hallando así las leguleyadas y los micos en esta propuesta presentada como la salvación de las universidades públicas que actualmente sufren por la falta de recursos, el mal manejo de los mismos y la mercantilización de la educación. La Universidad Surcolombiana no se quedó atrás: con testimonios, música y otras manifestaciones se declaró en contra del documento pasado por nuestro actual presidente, Juan Manuel Santos, inclusive uniéndose al paro total junto a otras 43 universidades colombianas.


Ahora, que la ley ha sido archivada (archivada, no rechazada) y el paro suspendido (suspendido, no levantado) nos queda evaluar lo que hemos ganado (además de semanas de estudio):


Primero, hubo nuevas propuestas, nuevas manifestaciones más artísticas, creativas, interesantes, pedagógicas y menos violentas. Se demostró que esta no es una generación perdida y que el fuego no se apaga con fuego.

Segundo, fueron muchos los estudiantes activos gracias a este tipo de expresiones, fueron muchos los que se sintieron afectados por la ley 30 y su reforma, más de los que se esperaban y de ambientes más variados, universitarios antes absortos en las actividades académicas o en su cotidianidad abrieron su mente para luchar por un bien común.
Tercero, se obtuvo reconocimiento, apoyo de gran parte de la comunidad, esta no fue una 'revuelta', fue un movimiento organizado y así lo pudo ver el país con eventos como la marcha nacional estudiantil del 12 de octubre y no sólo se consiguió visibilizar la causa en el entorno local, un ejemplo es la marcha del 24 de noviembre donde 14 países latinoamericanos exigieron una educación pública gratuita y de calidad.


Por último, debo decir que la 'gran idea' de Santos se convirtió en un pretexto para repensar la Universidad, para realizar un 'encuentro de saberes', para unir en gran medida a la comunidad estudiantil frente a una amenaza común, eso nos queda y no debemos perderlo, eso y el reto de alzar la voz cuando sintamos que de nuevo vulneran nuestros derechos, porque el pueblo es fuerte, disuadir al gobierno no es una 'utopía' y los ciudadanos no debemos RESIGNARNOS, sino INDIGNARNOS.




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