Cuando el Hogar no es un Lugar Seguro:
Violencia Contra la Mujer en Colombia.
El fin primordial de la Policía Nacional es el
mantenimiento de la convivencia como condición necesaria para el ejercicio de
los derechos y libertades públicas y para asegurar que los habitantes de
Colombia convivan en paz fundamentada en el código de ética policial (Policía
Nacional, 2020); pero cumplir esta misión se hace más complicado cuando dichos
derechos son amenazados en las esferas privadas, dentro de los hogares
colombianos, como sucede principalmente en los casos de violencias contra
mujeres y niñas.
Respecto a estos casos, Larrain (1994), alerta que la
violencia hacia la mujer es el crimen encubierto más numeroso del mundo,
manteniéndose silenciada y oculta una situación que afecta a millones de
personas en el mundo entero; e indica, de forma sorpresiva y alarmante, que a
nivel global existe una mayor probabilidad de que una mujer se agredida en su
casa por su pareja, que en la calle por un extraño.
De esta manera, la violencia contra
la mujer se constituye en una violación a los derechos humanos y un asunto
prioritario de salud pública y protección social, ya que genera fractura del
tejido social y tiene graves consecuencias físicas, económicas y psicológicas
sobre las mujeres y las niñas, tanto a corto como a largo plazo, al impedirles
participar plenamente y en pie de igualdad en la sociedad; además, repercute en
los hogares, al propiciar maltrato o abandono infantil y traumas para los
menores resultantes en futuras tendencias agresivas, dependientes o de adicción.
No son pocos los casos reportados en
el país; según datos de medicina legal compartidos por Minsalud (2020), durante
2020, 519 mujeres fueron asesinadas; el 85% de los casos de violencia sexual
fueron mujeres, adolescentes y niñas; y se registraron 279 suicidios de
mujeres, 42 con razón probable asociada a conflictos de pareja y violencia
física, psicológica o sexual; y es sólo la punta del Iceberg, pues a ellos se
suman todos aquellos abusos ocultados por falta de confianza en el sistema
judicial, temor a represalias, dependencia económica, presión social o apego
hacia el agresor.
Pasados ya 89 años, se encuentra aún que, a
pesar de que tras una intensa lucha, la Ley 28 de 1932 reconoce la igualdad de
derechos civiles a las mujeres colombianas, en pleno 2021 parece que no todos
tienen completamente claro que los derechos de las mujeres y las niñas son
derechos humanos y, por tanto, al igual que el género masculino, las féminas
han de gozar de la vida, la salud, la educación, la participación política, el
bienestar económico y el no ser objeto de violencia; siendo su derecho el
disfrute pleno y en condiciones de igualdad de todos sus derechos humanos y la
vida libre de todas las formas de discriminación (Merchan, 2012).
En tal medida, no sólo se requiere de
figuras legales para la protección de los derechos de la mujer y de
endurecimiento de penas para las violencias de género y el feminicidio; sino
que se requiere una concientización general en todos los círculos, tanto de los
funcionarios judiciales, los profesionales de la medicina, las fuerzas públicas
e inclusive las familias, los vecinos y las propias víctimas para acabar con la
‘normalización’ de estas conductas, considerándolas cosas privadas,
irrelevantes o ‘tradicionales’ enmarcadas dentro de las dinámicas de una
sociedad patriarcal, entendiendo el patriarcado:
Como estructura
simbólica que se perpetúa y actualiza mediante diversas y complejas representaciones
sociales y culturales que atraviesan la vida de hombres y mujeres, y que
contribuyen a mantener distribuciones asimétricas de poder y de acceso a
recursos entre hombres y mujeres, tanto en la vida pública como en la privada.
(Lawus, 2006, p. 2)
Esto requiere
reconocer que la violencia hacia las mujeres, como indica Evangelista (2019), es
estructural porque todo el orden social, al estar basado en el privilegio
masculino, está orientado a operar oprimiendo a las mujeres y reproduciendo
regularmente esta opresión; traduciéndose en un nivel medio en diversas formas
de desigualdad de género para, finalmente, en un nivel micro expresarse en
formas de maltrato, abuso y violencia hacia ellas.
Y, en medio de la
coyuntura nacional, se hace aún más urgente llamar la atención sobre la
violencia hacia la mujer y tomar medidas para su prevención y atención
efectiva, debido a que las condiciones que ha creado la pandemia, como confinamientos,
restricciones a la movilidad, mayor aislamiento, estrés e incertidumbre
económica, han provocado un incremento alarmante de la violencia contra mujeres
y niñas en el ámbito privado; en forma de maltrato en el hogar o violencia de
pareja, consistiendo es cualquier patrón de comportamiento que se utilice para
adquirir o mantener el poder y el control sobre una pareja íntima y abarcando
cualquier acto físico, sexual, emocional, económico y psicológico con fines de
control; siendo unas de las formas más comunes de violencia que sufren las
mujeres a escala mundial (ONU Mujeres, 2021).
Con 1.221 llamadas recibidas
reportando maltrato durante el Aislamiento Preventivo Obligatorio de 2020, la
línea 155 registró un incremento del 103%, comparado con el mismo periodo del
año anterior; y la Vicepresidencia de la República expresó que este fenómeno es
también una pandemia y el país tiene el compromiso de aplanar y acabar la curva
de la violencia hacia la mujer (ViceColombia, 2020). Pero, ¿Cuál es la vacuna?
Como se ha planteado previamente, es
necesario acabar con la ‘normalización’ de las violencias hacia la mujer, para
que este fenómeno se reduzca y que sus manifestaciones no queden en la
impunidad; esto, mediante las siguientes estrategias:
Promoviendo la denuncia mediante
líneas de fácil acceso y estrategias de pronta respuesta, con difusión sobre
las señales de alerta, los medios de atención y otros recursos disponibles para
la víctima.
Formando a la fuerza pública,
personal médico, personal judicial y otros encargados de respuesta para evitar
las prácticas de victimización secundaria, las cuales tienen impacto físico,
emocional, socio-cultural y/o económico sobre la mujer afectada y de
victimización terciaria entendida como señalamiento social y olvido estatal
(Mantilla, 2015).
Generando conciencia social sobre la
importancia de proteger la vida e integridad de la mujer, conocimiento sobre
las herramientas para la denuncia en casos de violencia y recursos para
acompañamiento y ayuda a la mujer maltratada; y, poco a poco haciendo que pasen
a la historia los dichos de que ‘ella se lo habrá buscado’ o ‘la ropa sucia se
lava en casa’ al transformarse el pensar
de la población para construir una sociedad más equitativa y pacífica, desde el
núcleo de la misma, los hogares.
Esto requiere un trabajo conjunto de
las fuerzas públicas, los entes estatales, las Organizaciones No
Gubernamentales, instituciones como las Iglesias, los Hospitales y las
Escuelas, y la comunidad en general, pero es necesario para saldar una deuda
histórica con la mujer colombiana y para continuar el camino hacia la paz y la
equidad en el territorio nacional.
Referencias
Bibliográficas:
Evangelista,
A. (2019). Normalización de la Violencia de Género como Obstáculo Metodológico
para su Comprensión. Nómadas (51), p.
10-30.
Larrain, S.
(1994). Violencia Puertas Adentro: La
Mujer Golpeada. Santiago de Chile, Chile: Editorial Universitaria S.A.
Lawus, D.
(2006). Los Movimientos de Mujeres en
Colombia: movimientos de Mujeres Feministas y Relaciones de Dominación
Patriarcal (Tesis de Maestría). Universidad Industrial de Santander,
Bucaramanga, Santander.
Mantilla, S.
(2015). La Revictimización Como Causal de Silencio de la Víctima. Revista de Ciencias Forenses de Honduras, 1 (2),
p. 3-12.
Merchán, M.
(2012). Evolución Constitucional de los
Derechos Civiles y Políticos de las Mujeres en Colombia (Tesis de Pregrado). Universidad Militar Nueva Granada,
Bogotá, Colombia.
Minsalud.
(2020). Boletín de Prensa No. 960 de
2020. Todos Podemos Poner Fin a la Violencia Contra la Mujer. Bogotá,
Colombia: Ministerio de Salud y Protección Social.
Onu Mujeres.
(2021). Preguntas Frecuentes: Tipos de
Violencias Contra las Mujeres y las Niñas. Recuperado de: https://www.unwomen.org/es/what-we-do/ending-violence-against-women
Policía
Nacional. (2020). Misión, Visión, Mega,
Valores, Principios y Funciones. Recuperado de: https://www.policia.gov.co/mision-vision-mega-principios-valores-funciones
ViceColombia.
(2020). La Violencia Intrafamiliar es
Otra Pandemia que el Estado en Pleno Está Dispuesto a Derrotar. Recuperado
de: https://mlr.vicepresidencia.gov.co/Paginas/prensa/2020/
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