5 consejos útiles para hacer una buena entrevista.

En la rutina periodística, la entrevista está entre las actividades más esenciales. Es el alma del periodismo: puede explotar o detonar un tema, dar vida a narrativas y facilitar la comprensión de acontecimientos complejos. Cada entrevista es diferente, pero hay algunas técnicas que ayudan a mejorar como entrevistador.

1. Definir objetivos. 

Antes de lanzarse a la entrevista, hay que cuestionarse: ¿Para qué es esta entrevista: para obtener un dato específico, para conocer a una persona, para ampliar contexto?, ¿Qué quiero o necesito saber? ¿Cuál será el enfoque que le de a la entrevista? Al tener claras estas cuestiones es más fácil elaborar las preguntas y estas serán más concretas y mejor enfocadas. 

2. Prepararse. 

La investigación previa es fundamental para una buena entrevista. Si se recolecta toda la información posible sobre el tema y el personaje, tras hacer esta investigación surgirán preguntas más complejas y específicas que generarán en el entrevistado respuestas menos superfluas o prefabricadas, más personales y valiosas.

3. Saber cómo preguntar. 

Teniendo claro lo que se quiere saber, sigue la cuestión de cómo formular la pregunta. Si no se quiere que la respuesta sea una evasiva o que el entrevistado se desvíe del tema de interés se debe tener en cuenta lo siguiente: 

* Evitar las preguntas cuya respuesta sea sí o no, o si se usan, complementarlas con un 'cómo' o 'por qué'

* No extenderse en la formulación de la pregunta. Es mejor que sea corta y que se enfoque en un sólo asunto. 

* Elegir bien el vocabulario, excluyendo palabras complicadas, hostiles y no generando juicios de opinión. 

* Pedir ejemplos y descripciones, eso ayuda a la fuente a recordar y articular sus respuestas. Las anécdotas pueden ser un buen insumo. 

4. Prestar atención. 

Si alguna respuesta genera una nueva inquietud o provee de una idea para una nueva pregunta, es bueno aprovechar esa oportunidad y no limitarse al cuestionario elaborado previamente. El entrevistado apreciará el hecho de que se preste atención a su relato y la conversación se tornará más dinámica e interactiva. Igualmente, si la fuente ya dio una información por la que se le iba a cuestionar después, puede optarse por profundizar en el tema o simplemente saltarse una pregunta que generaría la misma respuesta. 

5. Seguir los pasos post-entrevista. 

Tras la entrevista, hay que asegurarse de tener forma de poder contactar de nuevo con la fuente, recoger sus datos para cualquier inquietud que pueda surgir luego, o si es necesario, para un segundo cuestionario. Después de la publicación, compartir el material con el entrevistado para conocer su opinión es, además de un acto de cortesía, una forma de mejorar en esta labor. 

La auto-evaluación también es valiosa, al momento de revisar la entrevista hay que fijarse no sólo en las respuestas, también en las preguntas y si estas estimularon al entrevistado o, por el contrario, lo limitaron; si eran claras y fáciles de entender... al notar los errores, es más fácil corregirlos en una siguiente oportunidad.